8.5.08


Un Barça atónito contribuyó a los festejos del madridismo con un pésimo partido, en el que a las ausencias sumó frialdad y mal manejo por parte de su entrenador. Salió al campo temeroso y el partido tuvo en su primera fase un aire como de amistoso de verano, sin presión, sin faltas, con mejor juego del Madrid y un par de goles bastante rápidos. Sólo entonces despertó el Barça, trató de sacar algún pundonor y nervio, pero estaba desarticulado y perdido, en una fiesta que no era la suya. Y plantado en el campo con un cuatro-dos-cuatro modelo años sesenta que daba plenas facilidades al Madrid.

koji con el tokyo report.


rey lagarto de los gaps.

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