11.9.07

Lo que Materazzi dijo a Zidane.












Es la final del mundial, Francia acaba de patear un corner y Marco Materazzi marca a Zidane. Materazzi le jala la camistea una y otra vez, y después del corner Zidane le dice, "Si quieres tanto mi camiseta ahora despues del partido te la doy". La respuesta de Materazzi: "Prefiero a la p#ta de tu hermana".

































Materazzi acaba de publicar un libro sobre su vida, y el episodio con Zizou está incluido. La entrevista de Canal+ evidencia lo que ya sospechabamos, Materazzi es un caballo:

Con Materazzi es inevitable comenzar hablando de ese partido que fue el final de la carrera de Zinedine Zidane y del que tanto se ha hablado.

En ese momento uno dice lo primero que le viene a la mente. Por eso le puedo decir a todo el mundo lo que de verdad dije. Así al menos la gente lo sabe. Y así la gente sabrá que a quien practica cualquier deporte se le puede escapar una palabra como ésa. Creo que los dos estábamos bajo un estrés adrenalínico muy fuerte y puede que ambos nos equivocáramos... pero mi error ha sido mucho menor que el suyo. Yo al principio casi pedía perdón por lo que había hecho porque para mí Zidane era el Dios del fútbol. Así que más que pedir perdón en aquel momento yo no podía hacer nada. Pero luego he sido tratado con desprecio. He reaccionado como cualquier otra persona lo habría hecho.

Otro de sus enfrentamientos ha sido con el seleccionador de Francia, Raymond Domenech.

Me han gustado mucho sus declaraciones sobre mí en las que dijo que yo fui el mejor jugador de la final del Mundial de Alemania. Lo acepto y lo agradezco. Creo que ha demostrado una gran inteligencia, aunque si tengo que ser sincero yo de eso ya me había dado cuenta el 9 de julio de 2006. Él ha tardado un año pero le honra haber dado marcha atrás.

Sin embargo, a algunas personas les sorprenderá encontrar un Materazzi distinto detrás de las páginas del libro que ha escrito.

Es mi primer libro y espero que no sea el último porque significará que tengo todavía mucho que contar en mi carrera. Ojalá que pueda vivir muchas victorias con el Inter, mi club. He elegido hacer 23 capítulos sobre mi vida. Lo que cuento con más sentimiento es lo referido a mi madre y a mi familia. Creo que es lo que de verdad habla de mí como persona, fuera del fútbol y no tanto del Materazzi que salta al campo pensando sólo en la victoria y en superar al adversario de cualquier modo y manera.

Alguien dijo que en el campo no hay amigos. Usted parece que se ha tomado la máxima al pie de la letra.

Yo salgo siempre a ganar. Ese es el objetivo final, el único que cuenta. Pero tengo valores y los respeto al máximo porque así debe ser. Medio en broma medio en serio siempre digo que me gustan mucho los gitanos y las gentes del sur. Por eso mi compañero de habitación en el Inter es Dejan Stankovic, que es muy gitano, y por eso es muy amigo mío. Tengo buen rollo con Zlatan Ibrahimovic, que es gitanísimo. Y Rino Gattuso es la mezcla perfecta de las dos cosas, así que es mi hermano. Ésta es la síntesis de cómo entiendo la amistad. Gattuso, aunque sea la bandera del Milán, nuestro gran rival de la ciudad, será siempre mi hermano. Y yo soy una persona que no reniega jamás de sus amistades. Y algún enemigo también he tenido.

Uno de los secretos mejor guardados es qué pasa en el vestuario de un equipo cuando se acaba de coronar campeón del mundo.

Cuando entré en el vestuario todavía no había estallado la fiesta. Conmigo estaban Oddo y Zambrotta. En mitad del cuarto había un bidón enorme lleno de cervezas frías. Yo soy prácticamente abstemio, pero creo que por lo menos me bebí tres cervecitas seguidas. Y quizá por eso cuando llegó el Presidente de la República agité una y le duché ante los ojos incrédulos de la ministra de Deportes. Esto es una cosa que hice, pero ni siquiera me di cuenta. En ese momento piensas que cuando uno es feliz y sabe que ha hecho feliz a un país entero junto a mis compañeros y te sientes todopoderoso. Pero todo quedó ahí e incluso el Presidente luego bromeó sobre ello. Es sólo una anécdota bonita y algo que sólo es posible y entendible en un momento así. Muchos de nosotros aún nos sorprendemos del estallido de alegría por el Mundial, pero la verdad innegable es que fue algo muy grande, grandísimo.

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